Hoy mi mamá me peinó.
Hoy mi mamá me peinó. Me repite una y otra vez y hasta el cansancio - mi cansancio - lo hermoso que es mi pelo. Que el volúmen, la cantidad, la caída, el nacimiento… Y asevera que es por ser nieta de turco, aunque claramente no me acompaña ningún rasgo de mi abuelo libanes, pero la enorgullece su ascendencia. Como así también su pelo renegrido del que le gusta alardear, porque se olvida de que se lo tiño cada mes. Lo niega convencidisima y hasta el enojo, si es que intento hacerle recordar de que yo se lo teñí esa última vez. "Sangre turca. Tu abuelo" , “Yo nunca ví un turco pelado” repite esto hasta el cansancio - mi cansancio - en cada insistente y renovada conversación de cada tarde, mate mediante.
Hoy mi mamá me peinó. Y lloré mientras lo hacía. Es que me estaba tocando el pelo y después intentó hacerme un rodete y terminó haciéndome una trenza y es que no recuerdo la última vez que me había peinado. ¿Tendría diez? ¿12 años?
Me peinó con mucha tranquilidad, acomodando mechón a mechón, disfrutando de la caída de cada uno en la palma de sus manos. Caricias que no lograron aquietar las emociones, ni los recuerdos llenos de palabras nómades para sobrevivir a cada renovada y temerosa despedida.
Sonia V Novello, octubre 2023
(las fotos son de referencia, testimonio de que en la familia se aprecian mucho las cabelleras )
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