Adiós Marce. Mi prima era tu novia y nos hizo amigos y primos, claro. Fui tu alumna de inglés, además. Un día salimos al teatro. Vimos Máquina Hamlet en el Callejón de los deseos, en primera fila. Salimos muy impactados. Después me dijiste algo así como que la realidad es demasiado terrible, que por eso necesitamos del arte. Como ser erudito y sensible que eras, amabas profundamente el teatro. Decías que la ópera era la expresión más completa. Y una vez también te vi actuar, en inglés por supuesto, y fue impresionante de bueno lo que hacías. Leí El túnel, de Sábato por sugerencia tuya. Y conversamos bastante sobre esos túneles y las ventanitas por las que se espía al mundo que va y viene como si nada. Inolvidables tus clases de inglés tan singulares, llenas de poesia y musica, en Aráoz. Como disfrutabas interpretar un texto de Poe, de EE. Cummings. Seguro de muchos más, pero de esos me acuerdo especialmente y como los pronunciabas al nombrarlos, dejandolo todo en la articulación y