DICEN QUE EL VIENTO





Dicen que el viento es el soplo de los dioses. Que tiene forma de nube, ojos y cachetes grandes, y puede envolver en tornados de distintos nombres,  cuentos e historias.
Dicen que el viento nos achina los ojos para que el polvo no lastime las formas de mirar.
 
Dicen que el viento nos hace doblar el cuerpo y  abrazarnos para dar  pasos con más fuerza.
 
Pero también  puede arrastrar casas, colinas y dejarnos desnudos a kilómetros de distancia. A la intemperie,  en soledad y a la merced de una nueva tempestad. 
 
¡Pero qué imprudente puede ser un temporal que así, repentinamente, nos recuerda, como un viejo amigo soplón, de dónde venimos!.
 
Debe ser que no nos perdona  el instinto de renacer. Ni la memoria deformada,  ni la manía de hallar nuevas emociones en los recuerdos, cual tesoros en relatos fantásticos o de terror.
 
Debe ser que el viento juega con nosotros a las escondidas y  nos tantea con cautela, haciéndonos estallar de risa al descubrirnos.
 
Dicen que el viento nos  desenmascara en cada racha, como para que nunca  olvidemos esa primera ventisca que nos moldeó.


Sonia Novello 23 de abril de 2021




Dibujo de Debora Dejtiar

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