GABO FERRO


Entre todas las cosas hermosas que me dió el teatro, me dio a Gabo Ferro. Hace muchos años fui a ver una obra de Paola Barrientos que hacía con poemas de Idea Vilariño. 

Ya todo empezaba muy bien y alguien que no estaba a simple vista, fuera de escena, intervenía de pronto con susurros, con textos, con canciones, y todo era raro. Con agudos, con quiebres, como con gritos para adentro, no sé, algo que me atravesaba, seguro, y se me quedaba ahí en el pecho. Y la poesía bella y atroz de la poeta uruguaya y el humor de la actriz y el de él. Y él. 

Todo él fue como un feroz rayo para mí. Algo ya no sería igual, había emociones nuevas. No exagero. Se me estrenó algo muy dentro de mí. Al finalizar el espectáculo, ahí mismo, en El Anfitrión, vendían el cd " Todo lo sólido se desvanece en el aire". Lo compré. No sabía que iba a ser un viaje de ida, que sus canciones jamás me abandonarían, que serían aliadas de largos viajes en auto, cómplices de cenas silenciosas, pretextos para confesiones, y motivos para regalar poesía.

Qué extraña orfandad siento. No me quiero ir a dormir y mañana tener que decir, ayer. No quiero que te desvanezcas en el aire, porque "mañana no debería seguir siendo esto", porque ni muerto te vamos a dejar ir.


Sonia V.N. 8/10/2020




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